sábado, 29 de septiembre de 2012

En los alvéolos pulmonares se intercambian los gases entre el aire y la sangre

Las paredes de los alvéolos pulmonares son muy delgadas y están rodeadas por una red de capilares sanguíneos.
En los alvéolos se realiza el intercambio de gases (O2 y CO2) entre el aire que hay en el interior de los alvéolos y la sangre que circula por los capilares sanguíneos. El intercambio de gases ocurre mediante un proceso físico llamado difusión, que consiste en que las moléculas se desplazan desde donde hay más concentración a donde hay menos.
El oxígeno es transportado en la sangre por una molécula muy conocida, la hemoglobina, de intenso color rojo. En ella hay hierro y es a él al que se une el oxígeno. La hemoglobina está dentro de los glóbulos rojos o hematíes.
El dióxido de carbono se transporta disuelto en el plasma sanguíneo (la parte líquida de la sangre).
                            
Las células necesitan oxígeno para oxidar los alimentos y así obtener energía: Respiración celular

La vida supone un constante consumo de energía. Energía que las células sólo saben utilizar en forma de energía química o energía de enlace (la energía que existe en los enlaces entre los átomos que forman las moléculas).
Para que los alimentos (sobre todo los alimentos energéticos como los glúcidos o las grasas) liberen esa energía, la célula los oxida completamente en un proceso llamado Respiración Celular, que ocurre en las mitocondrias y que necesita oxígeno. Ese es el destino del oxígeno que tomamos por los pulmones.
Como consecuencia de ello, el carbono de los alimentos queda completamente oxidado, es decir, queda como CO2, producto de desecho que debe ser expulsado del organismo. De esa tarea se encargan, como ya sabemos, los pulmones.
También se produce agua como producto de desecho, pero esta no se elimina, pues es muy útil para otras muchas funciones del organismo.
                     

Además de los nutrientes sólidos y líquidos hay nutrientes gaseosos

Nuestras células necesitan constantemente oxígeno, que nosotros tomamos del aire. El oxígeno llega a todas y cada una de las células transportado por la sangre que lo coge en un órgano altamente especializado: el pulmón.Pero poner en contacto el aire atmosférico con la sangre no es tarea fácil. La sangre podría contaminarse, infectarse, se evaporaría, se derramaría ... Gracias a la estructura del pulmón estos problemas están solucionados. Además el pulmón también se usa como órgano de excreción (es decir, un órgano en el que se arrojan al exterior los productos de desecho) pues en él se excreta el CO2 que sobra en las células y que la sangre lleva hasta los pulmones para ser tirado.
El aparato respiratorio es el encargado de suministrar y eliminar gases


Mediante los movimientos respiratorios el aire entra y sale de los pulmones

Llamamos ventilación pulmonar al continuo movimiento del aire desde la atmósfera a los pulmones y viceversa. En este proceso los pulmones juegan un papel pasivo, pues es la presión atmosférica la que mueve el aire, del modo siguiente:

La caja torácida está herméticamente cerrada. Si esta caja se hiciese más grande (aumentase su volumen) se produciría un vacío dentro y el aire intentaría entrar, pero está herméticamente cerrada y sólo hay un lugar por el que puede entrar: por la laringe, Y así lo hace, mas la laringe comunica con los pulmones que de este modo se hinchan como globos. Cuando la caja torácica vuelve a hacerse pequeña, el aire que hay dentro es expulsado.
Así, agrandando y reduciendo la caja torácica mediante los movimientos respiratorios logramos efectuar la ventilación pulmonar.
Estos movimientos son dos: 
- Inspiración, aumento del volumen de la caja torácica, entrada de aire. 
- Espiración, reducción del volumen de la caja torácica, salida de aire.


El alimento está preparado para ser distribuido a las células: absorción


Las moléculas resultantes de la digestión de los alimentos atraviesan las paredes del intestino delgado (ileon) pasando a la sangre y a la linfa. Esta, la linfa, transporta fundamentalmente los productos de la digestión de las grasas, el resto es transportado por la sangre.
Para que este proceso ocurra de manera eficaz las paredes internas del intestino presentan unos pliegues llamados vellosidades intestinales que aumentan la superficie de absorción.



Las sustancias no digeridas pasan al intestino grueso, donde ocurren cosas importantes
En el intestino grueso tienen lugar tres procesos con los que termina el tránsito de los alimentos por el tubo digestivo.
- Absorción de agua. Toda la digestión se ha realizado en disolución, con el alimento y las enzimas en agua. Ahora, en el intestino grueso, casi toda esa agua va ser recuperada por el organismo.
- Se realiza una digestión suplementaria gracias a las bacterias que viven en simbiosis con nosotros en nuestro intestino (la llamada flora intestinal). De este modo aprovechamos algo de celulosa (que no podemos digerir), pero, sobre todo, esas bacterias nos proporcionan vitaminas, siendo la principal fuente de vitaminasK y B12.
- Se forman las heces fecales, que es la forma de eliminar los residuos de la digestión (no confundir "eliminar los residuos" con "excretar los desechos"). Estas heces avanzan mediante movimientos peristálticos hacia el ano.

La digestión ocurre paso a paso

Boca:
En la boca el alimento se mezcla con la saliva formando el bolo alimenticio. La saliva, fabricada por las glándulas salivares, contiene entre otras substancias una enzima digestiva llamada amilasa que inicia la digestión el almidón.

Esófago:
En él ocurre una acción mecánica. Mediante los movimientos peristálticos, que son contracciones y dilataciones de los músculos de la pared del esófago, que amasan, mezclan y hacen avanzar el bolo alimenticio hacia el estómago.


Estómago:

En su pared interna hay glándulas secretoras de jugo gástrico, que contiene, entre otras substancias, proteasas (enzimas que actúan sobre las proteínas), HCl, es decir, ácido clorhídrico que tiene efecto bactericida y favorece la acción de las proteasas, mucus que actúa protegiendo la pared del estómago de la acción del ácido clorhídrico. 
El producto final de la digestión en el estómago recibe el nombre de quimo.

Intestino delgado:

El quimo se mezcla con la bilis y con el jugo pancreático (producidos por el hígado y por el páncreas respectivamente) en el duodeno. 
La bilis emulsiona las grasas convirtiéndolas en pequeñas gotitas, facilitando así la acción de las lipasas del jugo pancreático. Este jugo contiene, además de lipasas, amilasas y proteasas.


En las paredes del intestino delgado hay otras glándulas que fabrican el jugo intestinal en cuya composición entran de nuevo los tres tipos de enzimas. 
La acción conjunta de todas las enzimas producidas en este tramo completa la digestión química de todos los alimentos. 
Los movimientos peristálticos se siguen produciendo a lo largo de todo el intestino delgado.

Existe un aparato especializado en transformar los alimentos en moléculas sencillas (monómeros): el aparato digestivo

El aparato digestivo es, realmente, un tubo. El alimento durante su recorrido por el mismo se ve sometido a una serie de acciones que lo van transformando.
Esas acciones son de dos tipos: unas mecánicas (el alimento se fragmenta, se amasa, se mezcla, etc.) y otras químicas (ciertas substancias, las enzimas digestivas, atacan al alimento descomponiéndolo, otras substancias químicas ayudan a la acción de las enzimas).
Por ello, además del tubo digestivo existen unas glándulas anejas encargadas de segregar muchas de esas substancias (otras las segregan las propias paredes del tubo).

La boca es el punto de entrada del alimento en el cuerpo. En ella se encuentran diferentes estructuras que lo preparan: Dientes que fragmentan, glándulas que segregan saliva y la lengua que mueve y mezcla todo. 
Para fragmentar adecuadamente los diferentes tipos de alimento existen distintos tipos de piezas dentarias: los que cortan, los que desgarran y los que muelen.




Desde la boca el alimento pasa al esófago a través de la faringe. La faringe es un tramo común de las vías respiratoria y digestiva, es decir, es una vía de paso tanto del aire como del alimento. Para evitar que el alimento vaya a las vías respiratorias hay una especie de tapadera que cierra estas. Es la epiglotis.


A continuación de la faringe se encuentra el esófago, un tubo de unos 25 cm de longitud que comunica con el estómago mediante un estrechamiento muscular, un especie de anillo que puede abrirse y cerrarse (lo que se denomina un esfínter). Este esfínter se denomina cardias y controla la entrada de alimento en el estómago. 
El píloro comunica directamente con el intestino delgado. 
El intestino delgado tiene tres tramos: duodeno, yeyuno e ileon. 
El último tramo del intestino delgado (ileon) comunica con el intestino grueso mediante la válvula ileo-cecal.
El intestino grueso tiene tres partes: Ciego, colon y recto.



Las células sólo pueden utilizar ciertas formas de materia:

Porque únicamente pueden entrar en ellas, para ser utilizadas, moléculas sencillas (monómeros). Pero estas son muy escasas en la naturaleza. Normalmente lo que existe son grandes moléculas (polímeros), formadas por cientos o miles de moléculas sencillas unidas entre sí. Estas son las que forman los alimentos.





Observando la animación vamos a definir el proceso de digestión:
La digestión es un proceso mediante el cual las enzimas digestivas rompen las uniones entre los monómeros de tal forma que el polímero se transforma en numerosos monómeros libres. Las enzimas digestivas son específicas para cada polímero. Sobre el almidón actúan diferentes amilasas rompiendo las uniones entre las moléculas de glucosa. Sobre las grasas actúan las lipasas que separan los ácidos grasos de la glicerina. Y sobre las proteínas actúan proteasas que rompen los enlaces entre aminoácidos, dejando a estos libres.